La policía turca detuvo a más sospechosos en relación con el atentado en una concurrida calle peatonal de Estambul que causó seis muertos y varias docenas de heridos, con lo que el número de arrestados aumentó a 50, dijo el ministro de Justicia el martes.
La explosión del domingo en la avenida Istiklal, una popular vía llena de comercios y restaurantes, fue un crudo recordatorio de los atentados registrados en ciudades de todo el país entre 2015 y 2017, que socavaron la sensación de seguridad de la población.
Las autoridades turcas atribuyeron el ataque al ilegalizado ilegalizado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), así como a grupos kurdos sirios afiliados. Los grupos insurgentes han negado su implicación.
Tras horas de registros en Estambul luego de la explosión, la policía detuvo a 48personas, entre ellas una mujer siria sospechosa de dejar una bomba cargada de TNT en Istiklal. Según la policía, la mujer, identificada como Ahlam Albashir, había ingresado al país de forma ilegal desde Siria y admitió haber llevado a cabo el ataque.
El ministro de Justicia, Bekir Bozdag, dijo el martes que el número de sospechosos bajo custodia aumentó a 50, pero no ofreció más detalles. La agencia noticiosa estatal Anadolu reportó que la policía detuvo a dos hermanos, identificados como Ammar J. and Ahmed J.
Al parecer, Ammar J. tenía la tarea de ayudar a Albashir a huir de Estambul a la vecina Grecia tras el ataque, mientras que Ahmed J. habría trasladado a un sospechoso que sigue huido hasta la provincia de Edirne, en la frontera con Bulgaria, explicó Anadolu en su información.
“Turquía continúa con su lucha contra el terrorismo con determinación”, dijo la web noticiosa independiente T24 citando al ministro. “Ninguna organización terrorista tendrá éxito en ningún tipo de complot contra Turquía”.
Unas 80 personas fueron hospitalizadas tras el ataque, de las cuales al menos 57 ya han recibido el alta. Seis de los heridos estaban en cuidados intensivos y dos de ellos tenían pronóstico grave, dijeron las autoridades.
Las seis víctimas mortales eran miembros de tres familias y entre ellas había dos niñas de 9 y 15 años.
El PKK libra una insurgencia en Turquía desde 1984. El conflicto ha matado decenas de miles de personas desde entonces.
Ankara y Washington consideran al PKK un grupo terrorista pero discrepan en cuanto a los grupos kurdos sitios, que han sido aliados de las tropas estadounidense en la lucha contra el grupo Estado Islámico en Siria.
Turquía se molestó por el respaldo estadounidense a la milicia kurda en Siria y el ministro del Interior, Suleyman Soylu, dijo el lunes que rechazaba las condolencias de Washington.
El presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, publicó en redes sociales un gráfico con las banderas de los países que enviaron sus condolencias, incluyendo Estados Unidos, acompañado de un mensaje expresando su “sincera gratitud” a todas las naciones e instituciones que han “compartido nuestro dolor”.
Se corrigió una versión previa de este despacho para aclarar que la cifra de detenciones realizadas tras la explosión fue 48, no 47.